La primera clase semanal, en un primer momento, se centró en más explicaciones sobre el proyecto final que se ha de realizar. En la segunda parte de la clase nos organizamos por grupos de trabajo y hablamos sobre el tema sobre el que queríamos trabajar en el proyecto, debatimos diferentes ideas, las comentamos con el profesor y finalmente seleccionamos el tema que más tarde desarrollaremos en grupo.
En nuestro caso, nos pareció interesante la temática de las redes sociales y la utilización que tienen sobre ella los/las menores, dado que si no son utilizadas de forma correcta se pueden ver envueltos en problemáticas graves. Así pues, nuestro proyecto se centrará en la prevención de estos malos hábitos con las redes sociales por parte de los/las adolescentes.
Por otro lado, en la segunda clase semanal, trabajamos por grupos de 6 personas aproximadamente el llamado “video participativo” o “taller de películas participativas”.
En este taller, se va a plantear, rodar y proyectar en el aula un video con duración máxima de 7 minutos.
Para empezar, se dividió la clase en cuatro grupos y la temática seleccionada para trabajar fue el futuro profesional en trabajo social.
A continuación, cada grupo procedió a planificar su película. Para esto se utilizaron ítems como son los siguientes: operador/a de cámara, controlador/a del tiempo, género de la película, título de la misma, la idea, el argumento…etc. Tras esto, se plantearon las escenas con las que iba a contar el video en un “Storyline” y se planificaron correctamente en una tabla. Esta, constaba de 6 apartados en los que se encuentran el tiempo, la localización, la acción, los personajes, los carteles de narrativa, los accesorios y el vestuario.
Bajo nuestro punto de vista, el “video participativo” es una muy buena técnica para utilizar con grupos y comunidades, ya que es una herramienta en la que las personas que participen podrán comunicar sus ideas y no solo entre ellos/ellas, sino también a las redes externas. Este, puede utilizarse para mejorar sus habilidades de comunicación y mostrar las problemáticas que les preocupan o que les motivan. Además, al ser una técnica sencilla, no necesitarán poseer un aprendizaje elevado de para poder realizar estos videos. No será necesario realizar una edición tras la grabación, simplemente visionar una tras otra las escenas grabadas.
Por tanto, nos parece un proceso que puede resultar muy enriquecedor a la par que divertido. Así como también perfecto para utilizar con menores en un taller de animación sociocultural.
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